Excursiones desde Edimburgo: St. Andrews

Has explotado tu primer día en Edimburgo siguiendo los pasos de escritores ilustres (y no tan ilustres), de villanos como Dr. Jekyll & Mr. Hyde, y de grandes filósofos, científicos y mucho más. Estás empapado de la ciudad (literalmente, porque casi no para de llover) y quieres darte la oportunidad de visitar alrededores. Abres el mapa y decides que St. Andrews puede ser un buen lugar para visitar, así que te diriges a la parada de autobuses y en apenas una hora y media te plantas en esta ciudad costera tan conocida por… un momento, ¿no sabes qué es lo que hace St. Andrews tan conocida? ¡Entonces has dado con el lugar adecuado!

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St. Andrews es famosa por muchas cosas
. Tiene una catedral en ruinas que presumió de ser la más grande de Escocia en su época. Tiene un castillo, también en ruinas, pero que esconde grandes secretos. Tiene también una universidad, también en ruinas… no, es broma. La universidad está en perfecto estado, de hecho St. Andrews es una ciudad universitaria, así que puedes imaginarte el ambiente de bares y gente joven que hay.

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Si eres cinéfilo (y si no, seguramente también), la playa de St. Andrews te sonará de la mítica escena de ‘Carros de fuego’: Tan tan tan tan taaaaan tan, tan tan tan tan taaaaaaan, tan tan tan tan taaaaan tan, tan tan tan tan taaaaan. ¿Sabes a qué me estoy refiriendo, no? Al final del post tienes el vídeo.

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Pero, ¿sabes qué es lo que más te va a sorprender? ¡El castillo!
Sí, si, el castillo derruido junto al mar. Ese por el que te cobraron 5.50 £ para entrar y en el que entraste únicamente para entretenerte y escapar del frío que hacía en el exterior. Sí, que estuviera en ruinas no te hizo pensar que muy, lo que se dice muy resguardado, seguramente no fueras a estar.

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El castillo de St. Andrews, o más bien sus ruinas, se alzan sobre un pequeño acantilado, vigilando el frío Mar del Norte.
Fue reconstruido hacia el año 1400. En aquella época, la ciudad de St. Andrews albergaba la catedral más grande de toda Escocia y, cómo no, el obispo de esa catedral merecía vivir en un lugar digno de su posición. ¿Por qué no un castillo? Así fue como se reconstruyó este lugar que, casi bajo asedio permanente, logró aguantar en pie 400 años.

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Antes de la reforma protestante del s. XVI, la función principal de este castillo fue la de servir de hogar a obispos y arzobispos católicos de la catedral. Sin embargo, a partir de ese momento la cosa cambia, y la historia se pone más animada.

Durante todo este tiempo, el castillo también tenía otra misión casi tan importante como la de albergar al obispo: servir de prisión para los enemigos de la religión. Una de las cosas que más me impresionó del castillo es que cuenta con una celda en forma de botella escavada en la misma roca. Mirando para abajo, cuesta poco imaginarse la celda del fondo habitada por un prisionero, al que le lanzan la comida desde arriba, y cuya única esperanza de escapar, tras haber intentado decenas de veces escalar por la pared, es recibir ayuda desde arriba.

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Volviendo a la historia, el castillo estuvo a salvo hasta la reforma protestante. Todo estalla cuando, en 1546, el cardenal católico David Beaton, decide encarcelar a George Wishart, un predicador protestante, en la famosa celda botella para terminar quemándolo por hereje. Los amigos del predicador decidieron vengarse y, disfrazados de masones, consiguen entrar al castillo, asesinar al cardenal, y colgar su cuerpo por la ventan (antes de decidir arrojarlo a la celda botella) para que todo el mundo pueda verlo. Todo muy civilizado, como podéis comprobar.

Tras este episodio, los protestantes se hacen fuertes en el castillo y convocan la primera congregación protestante en Escocia. La respuesta de los católicos no se hace esperar. Comienza el asedio al castillo, y esa es la segunda parte de la historia que más me gusta.

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Los católicos, para hacerse con el castillo, empiezan a construir un túnel. Sin embargo, los protestantes, al tanto de lo que ocurría fuera del castillo, deciden empezar a construir su propio túnel para salir al encuentro de sus enemigos. ¿Lo conseguirían? En el castillo se pueden ver varios intentos, pero te dejo que lo descubras por ti mismo cuando vayas. Hoy se pueden visitar los túneles, y esta es la razón por la que merece la pena visitar el castillo.

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¿Te imaginas? Una guerra bajo tierra, con espadas reluciendo, sin apenas capacidad para maniobrar por la estrechez del túnel… Tras este episodio, con el tiempo, el castillo fue deteriorándose y dando lugar a las ruinas que vemos hoy en día.

¿Te animas a hacer una excursión a St. Andrews? Aquí os dejo algunos datos útiles.

¿Cómo llegar?
Desde Edimburgo se puede ir en autobús. Hay dos líneas, la X59 que tarda 1 h 45 minutos y la X60, que tarda 2 horas. El precio del billete, ida y vuelta, cuesta 14 £. De todas formas, tienes toda la información aquí.

¿Qué más puedo hacer en St. Andrews?
Puedes ver la web de turismo de la ciudad es este enlace.

¡Y aquí os dejo el vídeo que os comentaba al principio! Este es el enlace.

¡Gracias por llegar hasta aquí!

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3 thoughts on “Excursiones desde Edimburgo: St. Andrews

  1. Me has hecho reír con lo de refugiarse de la lluvia en un castillo en ruinas!
    Conocía la universidad pero no sabía del castillo y la catedral. Siempre se aprende algo nuevo!

    1. Jajajaja ¡Es que hacía un frío! Yo no conocía nada de St Andrews, así que supongo que fue por eso que todo me sorprendió. ¡Gracias por comentar, Ana! =D

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