Despedida de soltera en Ibiza: mercadillo, playa y fiesta.

Atención: esta no es la típica despedida de soltera en Ibiza, es mucho más.

Lo que son las cosas. De no haber estado nunca en Ibiza a visitarla por segunda vez en menos de dos meses. Y es que, tenía que volver sí o sí porque le hacíamos la despedida de soltera a una muy buena amiga (¿os acordáis de la Velodyssée? Fue propuesta suya), y ese era un evento que no pensaba perderme por nada del mundo. La razón de escoger Ibiza para el evento se debía unicamente a que la gente se desplazaba de diferentes lugares: Suiza, Londres, Bilbao, Valencia y Barcelona, lo que hacía de Ibiza un lugar fácil de alcanzar para todas por los vuelos que llegan a ella.

saguilaY, la verdad, he de confesar que mi reencuentro con Ibiza fue bastante bueno. Esta vez volvimos a alojarnos en Sant Antoni de Portmany, pero en unos apartamentos bastante más cerca de la Calle Santa Agnés (¿os acordáis de GUIRILANDIA?). Además, el hecho de ir en octubre, fuera de temporada, hizo que lo encontraramos todo por solo 10 €/persona y noche. Eran los Apartamentos Puet, muy recomendables.

Fue un fin de semana intenso que repartimos entre fiesta en guirilandia, visita al mercadillo de las Dalias, cala Benirràs y atardecer en Café del Mar. Pero bueno, como dijo Jack el Destripador, vamos por partes (léase con el tono de la canción de los de Estopa).

Llegamos allí el viernes a mediodía, y tras alquilar los coches y hacer creer a la de la despedida (¡pobre, ingenua! =P) que no venía nadie más, pusimos rumbo a los apartamentos. Entre que llegamos y nos instalamos pasamos la hora de comer de largo, lo que empezó a inquietar a ciertas amigas residentes en UK que, medio acostumbradas ya al horario inglés miraban con desesperación la calle sin un lugar donde tomar tapas a un precio decente por el que no hubiera que empeñar un riñón.

Buscando, buscando, ya casi a la desesperada, llegamos al Sun Ibiza Lounge Restaurant. Un bar que por fuera no destaca mucho, pero que por dentro cuenta con una terraza gigante y muy acogedora. La comida, de tapas típicas, estaba muy rica aunque hay que reconocer que lo mejor no eran sus bravas bañadas en salsa de tomate. Lo mejor eran sus huevos rotos con jamón y ¡su paella valenciana! Y esto os lo dice alguien de Valencia, que de paellas entiende. Pedimos con un poco de desconfianza la paella esperando encontrar alguna sorpresa inesperada en forma de guisantes, pimiento, marisco o, el favorito de los terroristas de la paella, chorizo. Sin embargo, nada de eso encontramos por una razón muy sencilla, los del bar son valencianos y saben bien cómo hacer una paella. ¡Menos mal! Comimos y bebimos hasta no poder más por 21 €, ¡no está nada mal para tratarse de Ibiza!

14639865_981680828610595_8718303434779309484_nDe nuevo en Guirilandia

Esa noche, decidimos salir por la calle Santa Agnés, de la que ya os hablé en el post de 4 verdades de Ibiza en agosto. Era octubre, y eso se notaba en la cantidad de gente. Preguntando, dimos con un pub en una paralela que no estaba mal, donde ponían la típica música del verano, que si bicicleta, que si taxi Eso sí, no me preguntéis el nombre porque en algún momento del fin de semana lo olvidé (o tal vez nunca lo llegué a saber). Lo que sí que recuerdo es que el precio de los cubatas estaba entre 5 y 7 €, dependiendo de lo que pidieras.

El segundo día lo aprovechamos para llevar a la novia de excursión por Ibiza. Y así, pasamos el día entre las Dalias, la cala Benirràs y el Café del Mar, y lo terminamos disfrazando a la novia y sacándola a pasear.

Mercadillo de las Dalias

Por la mañana, por decirlo de alguna forma porque hasta las 12.00 no nos pusimos en marcha, fuimos a este mercadillo que se encuentra en Sant Carles y que tanta fama tiene. Este mercadillo hippy abre todos los sábados del año entre las 10 h y las 20 h. Es un lugar bonito de ver, pero solo eso, porque en general es caro, caro, caro. Es cierto que hay muchos productos artesanales y bastante originales, aunque otros no lo son tanto. A mí, personalmente, me marcó un puesto de libros en el que se vendían libros de segunda mano ¡por 10 euros! Libros que puedes encontrar fácilmente por 2 – 3 euros en otro lugar.

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Fuente: http://www.lasdalias.es/

Cala Benirràs

Es la segunda vez que la visito, y he de reconocer que me encanta. Para llegar hay que bajar la montaña, todo por carretera y entre pinos. De repente, al final, aparece una pequeña cala rodeada de montañas llenas de pinos que terminan en pequeñas caídas verticales, estructuras de madera y embarcaderos que parecen salir de la misma piedra. Si miras al horizonte, como si intentara rozar el cielo, aparece un pequeño islote vertical. A la derecha, te encuentras pequeñas edificaciones que parecen formar parte de la montaña y una estructura de madera por la que puedes pasear, comer o saltar al mar para llegar de nuevo a la orilla. A la izquierda, una casa perfectamente integrada del color de la arena, en la que cada tarde cuando se va acercando la puesta de sol, se reunen a tocar el tambor para disfrutar así de este regalo diario de la naturaleza.

20160819_202239Más allá de ese lugar, hay unos embarcaderos que desde la puerta extienden dos troncos paralelos al mar, como lenguas, que ayudan a los pescadores a guardar de nuevo la barca bajo techo a final del día. Por encima, escaleras cavadas en la tierra te lleva a un camino que sube por arriba, rodeando la montaña en busca de nuevas calas, nuevos rincones donde poder perderse alejada del bullicio.

Podíamos habernos quedado en este lugar para ver atardecer, pero se decidió volver a Sant Antoni para ir a otro de sus lugares típicos: Café del Mar.

Café del Mar y Café Mambo

Estan uno pegado al otro, y nosotras no fuimos a ninguno de los dos, pero aprovechamos las escaleras que hay entre ellos para bajar a las rocas de la playa con nuestra cerveza, que compramos en un supermercado que hay al lado, y disfrutar así de la puesta de sol en la bahía de Sant Antoni. El atardecer es muy bonito, con los colores rosados típicos de esta época del año y esas nubes altas que difuminan aún más el rosa. Sin embargo, el suelo no es tan bonito. Lo puse en Facebook, somos unos guarros. ¡Hay que tomarse más en serio esto de cuidar el medio ambiente!

Fuente: Trip Advisor.

Café del mar y Cala Benirràs, son dos formas muy distintas de ver atardecer. ¿Chill out o tambores? Como los cuentos, como los sueños, el tambor suena en la noche. Peligroso como la noche, el tambor ha sido siempre digno de sospecha y muchas veces culpable. Yo, que adoro a Galeano, elijo el peligroso, el sospechoso tambor. ¿Qué eliges tú?

En resumen, fue un fin de semana perfecto. Rodeada de gente genial, porque sin duda, lo mejor de todas estas cosas siempre es la gente, las sorpresas y los reencuentros. ¡Espero que te sirva si vas a Ibiza! 😉

¡Gracias por llegar hasta aquí!

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