Si has empezado a leer esta entrada es porque el título que he escogido promete, cuanto menos, un post diferente, con temas que parecen no encajar pero acaban encajando. Así pues, querido lector, intentaré no defraudarte… Es curioso, cada vez que digo que voy a intentar hacer algo se me viene a la cabeza como una voz en off del maestro Yoda en la película de Star Wars (tengo que confesar que no soy una gran fan de la saga, pero esta frase me encanta) que me dice ‘Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes’… Así pues rectifico y digo que ¡pienso hacer que este post cumpla con vuestras expectativas!
La primera vez que hablábamos sobre Rovamiemi nos íbamos de visita en la aldea de Papá Noel, en las afueras de la ciudad, y comentábamos la atmósfera mágica de Laponia, la nieve y la explosión de colores en el atardecer a las 14:00. En esta nueva entrada seguimos en Rovaniemi y voy a hablar de qué hacer en una ciudad en la que la temperatura máxima diaria apenas supera los -10 ºC. Esa temperatura hace que salir a la calle sea como entra en un congelador, así que si queremos hacer turismo, no nos queda otra más que enfundarnos en capas cual cebolla y no dejar de caminar.
Decíamos que Rovaniemi era una ciudad pequeña, donde el encanto está más en lo que hay alrededor que en la ciudad en sí. Un paseo en trineo o en moto de nieve, perseguir auroras boreales… son planes perfectos para hacer salvo por un pequeño detalle, son caros. Nosotros, viajeros precarios, ya nos habíamos dejado prácticamente todo el presupuesto disponible en el vuelo y el hotel, así que desgraciadamente esos planes quedaban fuera de nuestro alcance. Por tanto, nos dedicamos a tres cosas principalmente: pasear por los alrededores y ver el paisaje helado, visitar el Arktikum y aprovecharnos de la sauna finlandesa y del salir sin ropa a – 15 ºC mientras disfrutas de una cerveza bien fresquita. Aquí os dejo fotos del paisaje para que os hagáis una idea 😉
¡El Arktikum fue todo un descubimiento! Se trata de un museo que se encuentra a orillas del río y es a la vez museo de historia y centro científico. En él, puedes acercarte más a la cultura de los samis (también llamados lapones), la historia de Rovaniemi o incluso el cambio climático en el Ártico. Los samis es el nombre que recibe el pueblo indígena que habita en Laponia. Este pueblo tiene su propia lengua y cultura que los diferencia, en el caso donde estamos, de la cultura finlandesa. Solía ser un pueblo nómada dedicado principalmente a la cría de renos, sin embargo, hoy en día cada vez quedan menos que se dediquen a ello. Entre las webs visitadas para escribir esta parte, me gusta especialmente cómo definen a los samis en el blog de Big in Finland:
“La existencia de los lapones era algo casi místico para nosotros (…) Se hablaba de una clase de hombres y mujeres del norte totalmente distintos a los que veíamos a nuestro alrededor, todos esos rubios platinos. Se decía que eran morenos, enjutos y que tenían rasgos más orientales. Y vivían en Finlandia. Y desde hacía más tiempo que los rubios platinos.”
En el museo hay una exposición acerca de su forma de vida hoy en día, cómo se organizan, sus dialectos, su música, cómo llegaron ahí…
Otra parte del museo está dedicada a la historia de la ciudad. Existen censos que datan la existencia de Rovaniemi desde 1621, cuando era una pequeña aldea de 500 habitantes, sin embargo, el asiento en la zona ha sido permanente desde la Edad de Piedra. Estando ahí en noviembre, con todas tus capas para no congelarte y todas las comodidades tecnológicas que tenemos, no puedes imaginarte cómo es posible que un pueblo sin ninguna de las ayudas con las que contamos ahora pudiera ser capaz de asentarse en una zona como esta y soportar los largos y helados inviernos, los meses sin sol o las temperaturas por debajo de los -20 ºC…
Otra parte de la historia que a mí también me sorprendió mucho, avanzando ya unos cuantos siglos en la historia, fue el hecho de que la Segunda Guerra Mundial se hubiera vivido también aquí, en Laponia. Hay una parte en la que te cuentan la presencia nazi en Rovaniemi durante la guerra.
¿Cómo?
Pues sí, nazis en Rovaniemi. Y es que Finlandia siempre ha estado con guerras con Rusia y Suecia por su territorio. Cuando la Segunda Guerra Mundial parece que está a punto de estallar, Finlandia se alía con los alemanes en contra de la URSS con el fin de recuperar sus territorios robados por esta última. Sin embargo, una vez recuperados firma el Armisticio de Moscú, finalizando la guerra con la URSS, pero ganándose en cambio a los alemanes de enemigos que atacan la ciudad durante la guerra hasta dejarla prácticamente destruida. Para más información sobre la Segunda Guerra Mundial en Finlandia os vuelvo a enviar al blog de Big in Finland, uno de los que más me gustan a mí. En mi ingenuidad, me sorprendió mucho saber que hasta un lugar tan remoto como me parecía a mí Rovaniemi había sido invadido y destruido por los nazis. ¿A vosotros no? Tengo que leer más sobre este tema 🙂
Y llegamos ya a la parte que a mí más me gustó, la del centro científico del Ártico. Una gran parte del museo está dedicado a la ciencia, y en especial se centra en el Cambio Climático y de cómo se está viviendo en el Ártico. Aunque el primo de Rajoy piense que no, el cambio científico es una realidad cada vez más confirmada por los datos que analizan los científicos. Aquí va un poco de explicación de cómo se está viviendo el cambio climático en el Ártico en menos de 20 líneas:
Debido a la acción humana principalmente, la temperatura media de la atmósfera y el océano, es decir, del planeta en general, está aumentando. El Ártico es especialmente sensible al cambio climático por muchas razones. Al contrario que la Antártida, el Ártico se trata un océano permanentemente congelado, esto hace que tanto la temperatura del mar como de la atmósfera contribuyan de forma directa a derretir la nieve. Al disminuir la superficie con nieve, ocurre que cada vez menos radiación solar es reflejada, y una mayor cantidad es absorbida, contribuyendo al calentamiento de la superficie y, por tanto a que se continúe derritiendo el hielo en el ártico. Todo este proceso de desaparición de la nieve y el hielo en esta zona, es algo que en Rovaniemi viven bastante de cerca, lo que hace que estén más concienciados en este tema. Y el hecho de que puedan dedicar una parte del museo a este tema dice mucho de esta sociedad, ¿no creéis? Si os interesa el tema, otra entrada puede ir dedicada a él solo tenéis que pedirlo en los comentarios 😉
En resumen, Rovaniemi me encantó y es un sitio recomendadísimo para visitar en otoño. Nosotros nos alojamos en un hotel muy céntrico con una oferta que encontramos a través de Booking, se llamaba Scandic Rovaniemi Hotel e incluía sauna y desayuno gratis. Y ahora que digo sauna, ¡no se puede escribir sobre Finlandia sin hablar de ella! Y es que en Finlandia la sauna cobra un significado especial y no tiene nada que ver con aquellas a las que estamos acostumbraos aquí en España.
Y hasta aquí Rovaniemi: samis, nazis y cambio climático. Espero que os haya gustado la entrada y que os haya servido de ayuda si estáis planeando un viaje por allá. ¡Hasta la próxima! =)
¿Habéis estado de viaje en Laponia? ¿Dónde? ¿Qué es lo que más os ha impresionado?
Muy chulo! Lo tengo en tareas pendientes, ir al norte a ver las lucecitas… algún día.
¡Es una pasada! Nosotros no tuvimos la suerte de ver “lucecitas” porque justo no hubo ninguna el fin de semana que pasamos allí, así que nos sigue quedando pendiente volver allá arriba a perseguir luces.
¡Saludos! =)