‘Yo lo único que sé seguro es que el mundo está lleno de fronteras y que tengo la manía de querer cruzarlas para ver qué hay al otro lado’, afirmaba Miquel Silvestre en su libro ‘La Emoción de un Nómada’. Sin embargo, querer cruzarlas no hace que las fronteras sean menos fronteras. La burocracia, las colas, la inseguridad de no saber si podrás o no podrás cruzar, en algunas la corrupción y en muchas otras la desigualdad que se ve a un lado o a otro de ella, son cosas que no ayudan a que me gusten. Por eso, en nuestro viaje por el Sudeste Asiático, solíamos evitarlas entrando a los países en avión. Solo hubo un lugar al que llegamos por tierra, y ese lugar fue Laos. Si estás pensando en cruzar a Laos desde Tailandia, en este post te cuento cómo hacerlo, cómo llegar de Chiang Rai a Luang Prabang en barco.