En este post, visitamos dos de las ciudades más importantes de la actual región francesa de Occitania, concretamente Montpellier y Nimes. ¿Tienes pensado visitarlas? Te contamos lo que no te puedes perder.
Viajamos en coche desde Valencia y, prácticamente sin parar, llegamos a Montpellier unas 7 horas después. Aunque parecen muchas se trata de un viaje relativamente cómodo ya que es todo autopista/autovía, lo único malo es la cantidad de peajes que hay que pasar tanto en la parte española como francesa. En total, pagamos unos 60€ de peaje.
La ciudad de Montpellier será nuestro ‘campamento base’ durante este viaje. No solo por ser la ciudad más grande de la zona y por ello tener más ambiente, restaurantes y vida en general también porque quedaba justo en el centro de todo lo que queríamos visitar.
Un paseo por Montpellier
Comenzamos en la Place de la Comédie, sin duda, el centro neurálgico de la ciudad. Un punto de reunión para tomar algo en una de las terrazas, escuchar a músicos callejeros o iniciar una jornada de compras. En ella se encuentra la ópera, construida en 1888, a un lado y el parque de la Esplanade Charles-de-Gaulle.
Desde la plaza nos dirigimos hacia el Arc de Triomphe, construido en el siglo XVII. Se puede ir por la vía rápida, o aprovechando que casi todo el centro es peatonal, callejeando, dejándose perder por las estrechas calles del centro. Sin duda, la segunda opción es mucho más recomendable y además si te gustan las tiendas, el centro está repleto de ellas, y de restaurantes, cafeterías, heladerías…
Finalmente llegamos a la Rue Foch y al solemne arco del triunfo. Lo atravesamos y continuamos hacia la Promenade du Peyrou. Un bonito parque presidido por el Château de l’eau y donde termina el Aqueduc Saint-Clément.
Tras descansar un rato, seguimos callejeando por el centro tranquilamente. Otros puntos de interés para incluir en el paseo son la Tour de la Babote, la Cathédrale Saint-Pierre, la facultad de medicina de la Universidad de Montpellier (donde estudió el célebre Nostradamus) o el Jardin des Plantes (el botánico más antiguo de Francia).
Para cenar el centro está repleto de restaurantes y también de pubs ya que es una ciudad con mucha gente joven, así que es buen sitio donde elegir. Otra opción de restaurantes sería el barrio de Antigone, diseñado por Ricardo Bofill. Nosotros nos quedamos en el centro.
Recorriendo la ciudad, me di cuenta de que de alguna forma me resultaba familiar… (la esencia mediterránea, el estilo arquitectónico o el hecho de que el catalán estuviera presente en ciertos sitios, quizás). Y es que gran parte de Occitania perteneció a la Corona de Aragón. En ciudades como Perpiñán, Narbona o la propia Montpellier toda esa cultura aún es palpable.
Un día en Nimes
A tan solo unos 40 minutos en coche desde Montpellier por la autopista llegamos a la ciudad romana de Nimes. Intentamos buscar una plaza de aparcamiento por el centro pero resultó bastante difícil, ya que la mayoría de calles eran zona azul. Finalmente, aparcamos el coche en un parking público en la avenida Jean Jaures. Te recomiendo que hagas lo mismo si no quieres perder mucho tiempo dando vueltas con el coche.
Empezamos visitando les Jardins de la Fontaine y el Templo de Diana que se encuentran justo al final de la avenida. Se trata de un parque lleno de esculturas romanas que fue creado en el siglo XVIII por el que merece la pena dar un pequeño paseo. Además, desde ahí hay un camino que asciende hasta la Torre Magna. Una torre de 18m de altura de la época romana que se puede visitar.
A continuación ponemos rumbo a la Maison Carrée, ya en el centro histórico de Nimes. Se trata de un templo romano reconvertido en un museo que recoge parte de la historia romana de la ciudad y donde se proyecta un vídeo explicativo.
Nosotros no entramos ya que preferimos reservarnos para las Arènes de Nimes, la joya romana de la ciudad. Uno de los anfiteatros romanos mejor conservados del mundo en el que se realizan multitud de eventos, entre ellos corridas de toros. Sin duda, eso es una de las cosas que más me sorprendió en este viaje, pues desconocía que en esta zona existía tanta pasión por el mundo del toreo.
Las arenas se pueden visitar por un precio de 10€ (8€ precio reducido). También existe la posibilidad de comprar un ticket por 13€ para visitar las Arenas, la Maison Carrée y la Torre Magna.
Tras visitar los principales monumentos romanos de la ciudad, merece la pena pasear por las estrechas calles del centro. Están repletas de pequeños comercios tanto de ropa como de alimentación, joyerías, restaurantes, bares… pero siguen manteniendo su encanto. Principalmente por ser peatonales en su mayoría y estar tan bien cuidadas.
Otros monumentos que puedes visitar son la Torre del Reloj y la Catedral o museos como el romano o el taurino.
Sin duda, esta zona del sur de Francia me sorprendió bastante y hace que sea un destino ideal para hacer una escapada en coche desde España. En el siguiente post te hablo de otras ciudades que puedes visitar en la zona: Arlès (donde vivió Van Gogh) y pueblos con mucho encanto, seleccionados entre los pueblos más bonitos de Francia.
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