Hamburgo, la ciudad de los mil puentes.

Siendo sinceros, Hamburgo, la segunda ciudad más grande de Alemania, no es la primera ciudad que te viene a la cabeza cuando planeas un viaje a este país… ni tampoco la segunda… Sin embargo, es una ciudad vibrante que puede sorprender a más de uno si sabe dónde buscar. Después de pasar dos semanas allí, en este post te comparto lo que más destacaría de la ciudad de los mil puentes.

Sin ninguna duda, el agua es el elemento cohesionador de la ciudad, y es que Hamburgo debe su crecimiento al río Elba. El Elba y sus canales convirtieron la ciudad de Hamburgo en un punto clave del comercio marítimo, además de hacerla servir como base de la Liga Hanseática. Gracias a esto último la ciudad prosperó y actualmente alberga el segundo puerto más importante de Europa. Además, en el centro de la ciudad destacan dos grandes lagos artificiales: el Binnenalster y el Auβenalster. Pero no hay que preocuparse porque con más de 2.400 puentes, el agua no es un impedimento para recorrer a pie esta gran ciudad.

Por si no bastara con el agua del Elba y sus canales, el clima de Hamburgo es bastante lluvioso, por lo que si visitas la ciudad lo más seguro es que te sientas literalmente rodeado de agua.

Recorriendo Hamburgo

Volviendo a los lagos, merece la pena pasear alrededor del Binnenalster, tomar algo en Jungfernstieg (centro neurálgico de la ciudad) con vistas al lago y acercarse a la plaza del Rathaus, donde siempre suelen colocar mercadillos como el de Navidad. Toda esta zona del centro está llena de oficinas y tiendas, de ejecutivos yendo y viniendo, y de cafeterías y restaurantes llenos para tomarse el almuerzo. Y es que Hamburgo, debido al puerto, se trata de una ciudad mayoritariamente comercial, y eso lo notarás al recorrer sus calles. Esto quiere decir que, si tu idea es visitar una ciudad alemana tradicional con sus jardines de cerveza, bretzels y salchichas, quizás Hamburgo no sea el destino que buscas.

Hamburgo lago
Vistas del Binnenalster desde el Kennedybrücke

Una muestra más de la influencia del comercio en la ciudad es la Speicherstadt. Un conjunto de edificios de ladrillo construidos entre 1883 y 1927, destinados al almacenamiento de todo tipo de productos, aunque ahora la mayoría albergan oficinas y viviendas privadas. La UNESCO la declaró Patrimonio Mundial y sin duda fue la zona de la ciudad que más me gustó. Vale la pena pasear por ella, especialmente cuando se ilumina y el agua refleja los tonos anaranjados de los edificios intensificados por la luz de las farolas.

Pegada a la Speicherstadt, se encuentra la HafenCity, una de las zonas más modernas de la ciudad (y con las viviendas más caras), donde destaca la Elbphilarmonie. La Filarmónica del Elba fue inaugurada en enero de 2017 y ha logrado robar todo el protagonismo al resto de edificios de la ciudad. Lamentablemente yo no pude entrar ya que las entradas suelen estar agotadas con meses de antelación. Aún así, todos los días de concierto es posible hacer cola unas horas antes del inicio para conseguir las entradas que hayan quedado disponibles debido a cancelaciones. Hay que ser rápido, pero merece la pena intentarlo, además los precios no son excesivamente caros.

Si vamos en busca de grandes monumentos, Hamburgo no es una ciudad que destaque por la abundancia de estos, ya que prácticamente no hay. Y es que esta ciudad fue gravemente bombardeada durante la Segunda Guerra Mundial, por lo que la mayoría de edificios no tienen ni siquiera un siglo de antigüedad.

Hamburgo puerto
City Sporthafen con la Elbphilarmonie al fondo

Vida nocturna en Hamburgo y Fischmarkt

Por lo que sí que destaca Hamburgo es por su vida nocturna. El epicentro de esta es la calle Reeperbahn en el barrio de St. Pauli. Toda la calle está llena de prostíbulos, pubs y de restaurantes de comida rápida que además abren todos los días. A pesar de lo que pueda parecer en una primera impresión, la calle en general es bastante segura. Como curiosidad, cabe añadir que en muchos locales de esta calle tocaron los Beatles antes de que se hicieran famosos. John Lennon llegó a decir: “tal vez haya nacido en Liverpool, pero maduré en Hamburgo” y la Beatles-Platz en uno de los cruces de Reeperbahn así lo recuerda. Así que si eres fan de los Beatles, ya tienes la excusa perfecta para visitar Hamburgo.

Volviendo a la vida durante el día, entre los barrios de St. Pauli y Altona se encuentra el Fischmarkt, al cual merece la pena acercarse los domingos por la mañana (de 5:00h a 9:00h). En él los más trasnochadores y madrugadores se juntan para comer panecillos de pescado fresco o tomar un café. ¿En qué grupo crees que estarías tú: trasnochadores o madrugadores?

Hamburgo vistas
Vistas desde lo alto de la Iglesia St. Michaelis

Por último, mencionar que la ciudad está muy bien conectada por metro, autobuses y ferris. Sin embargo, las distancias entre los puntos principales no son excesivamente grandes, por lo que siempre se puede recorrer la distancia entre ellas andando.

En general es una ciudad bastante agradable, dejando de lado el clima, y con muy buen ambiente. Si tu idea es hacer una escapada de fin de semana con amigos a una ciudad tranquila con poco turismo y amplia vida nocturna, Hamburgo es un buen destino. Si en cambio, prefieres ciudades más monumentísticas con muchas cosas que hacer y visitar, no la recomendaría.

¿Has visitado ya Hamburgo? ¿Qué impresión te llevaste de la ciudad? Espero que este post te haya resultado útil para disfrutar de tu estancia en Hamburgo. ¡Hasta la próxima!

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