En este post recorremos Croacia en coche, desde su capital Zagreb, pasando por zonas rurales e increíbles parques naturales, como los Lagos de Plitvice, hasta llegar a ciudades costeras como Split, Zadar o Trogir, y visitar una de sus islas más famosas, Hvar.
Tras más de un año sin actualizar el blog con ninguna entrada, por motivos más que evidentes, hoy volvemos de nuevo con más fuerza que nunca, con un espectacular recorrido en coche por Croacia. Y es que las vacunas no solo han permitido arrojar un halo de esperanza para que veamos más cerca el fin de la pandemia, si no que también nos han permitido a los más viajeros volver a disfrutar de los viajes. Eso sí, siempre extremando las precauciones y cumpliendo con los protocolos y medidas sanitarias de cada país.
Día 1: Múnich-Ljubljana-Zagreb
Como ya he comentado en otras entradas del blog, llevo viviendo en Múnich desde hace dos años. Este pasado verano, dos amigos decidieron venir a visitarme en coche desde España. Sí, casi unas 18h de coche… El plan era pasar algunos días en Múnich y después poner rumbo a Zagreb, donde pasaríamos la primera noche. Como teníamos que pasar por Ljubljana, decidimos parar unas horas para comer y visitar la capital eslovena.
La ciudad es muy accesible, y aunque apenas estuvimos unas 4 horas nos dio tiempo de sobra para visitar los sitios más emblemáticos. Dejamos el coche en uno de los parkings del parque Tivoli, que está bastante pegado al centro de Ljubljana. Es el parque más grande de la ciudad y desde el aparcamiento, en apenas 10 minutos andando, se llega a la zona más turística. Lo primero que hicimos fue buscar un sitio para comer y así coger algo de fuerzas para patear la ciudad y nada más típico que comer un börek, una especie de empanada con una masa parecida al hojaldre que va rellena de queso, espinacas, carne, tomate, etc.
Aunque es una comida típica de Turquía, está también bastante instaurada en Eslovenia. Si no recuerdo mal, pedí una de queso y espinacas y aunque me gustó, la encontré un poco grasienta y algo pesada de comer al final. Ya con el estómago lleno, era hora de recorrer la ciudad. Básicamente, la vida de la ciudad y los principales puntos de interés se concentran en ambas riberas del río Ljubljanica. La plaza Preseren es uno de esos lugares imprescindibles por los que se debe pasar. Aquí intersectan varias de las calles comerciales de la ciudad, y a través del fotografiadísimo puente triple se puede cruzar al otro lado del río, donde se encuentran la Catedral de San Nicolás y el famoso Castillo de Ljubljana.
El Castillo se encuentra en lo alto de una pequeña, aunque algo empinada colina. Se puede acceder andando o con la ayuda del funicular. Por falta de tiempo y también por el precio, decidimos no entrar y simplemente rodearlo y observar las vistas. Entrar al castillo cuesta 10€ por adulto, 13€ si se compra también el billete para el funicular.
Se empezaba a hacer tarde y aún teníamos que conducir hasta Zagreb, así que nos despedimos de Ljubjana y volvemos a la carretera. La capital croata se encuentra a algo menos de 2h en coche. Llegamos un poco tarde y decidimos dejar el coche en un parking hasta el día siguiente. Lo dejamos en el parking del hotel Academia, que se encuentra muy cerca del centro y de donde teníamos el Airbnb. Recomendado porque no era para nada caro y creo recordar que no se pagaban las horas nocturnas.
Tras hacer el check-in en el apartamento, salimos brevemente a comer y tomar algo en uno de los pubs de la calle Ivana Tkalčića. Se trata, sin duda, de una de las calles más animadas de Zagreb, con multitud de pubs y terrazas al aire libre. En general, Croacia no es un país caro, salvo las zonas de costa donde los precios se pueden disparar, especialmente con el marisco. Eso sí, en muchos sitios no aceptaban tarjetas y dado que todavía no han adoptado el euro (lo harán en el 2023), conviene cambiar de antemano en algún atm y conseguir algunas ‘kunas’ en efectivo.
Día 2: Zagreb-Lagos de Plitvice-Makarska
El plan de hoy es pasear un rato por Zagreb por la mañana, llegar a los lagos de Plitvice más o menos a la hora de comer y luego conducir hasta Makarska, donde pasaríamos las siguientes dos noches.
Pues bien, tras dejar el apartamento y las cosas en el coche, nos disponemos a visitar los principales monumentos de Zagreb: la Catedral, la plaza Ban Josip Jelačić, el parque Zrinjevac y como no, toda la parte alta de estilo medieval (Iglesia de San Marcos, Puerta de Piedra…). La verdad es que nos limitamos simplemente a dar una vuelta de 2h o así, ya que no teníamos mucho tiempo. Pero en general, nos dio para dar un buen paseo y ver los puntos principales de la ciudad, sin profundizar mucho en ella. La ciudad me sorprendió bastante para bien, nunca había visto fotos de Zagreb y no sabía muy bien que esperar.
Sobre las 11:30h partimos rumbo a Plitvice, donde llegamos puntuales sobre la 14h. El parque cuenta con varias zonas de parking con bastante espacio y cuesta unos 1,3€/h. Desde el parking, se debe caminar un rato hasta las taquillas del parque. Las entradas son bastante caras (40€ adultos, 26€ estudiantes, 16€ niños…) pero el parque merece absolutamente una visita. Se pueden conseguir entradas más baratas viajando fuera de los meses de verano o entrando al parque a última hora del día.
Como no teníamos tanto tiempo (aún teníamos que conducir hasta Makarska) hicimos solo uno de los recorridos, cruzando con el ferry al otro lado del lago ‘base’ y luego caminando hasta los lagos superiores por el recorrido de pasarelas establecido. En total, andamos unas 2:30h o así alrededor del parque y la verdad es que fue simplemente espectacular y uno de los momentos del viaje.
Finalmente, tras volver al parking pusimos rumbo a nuestro Airbnb en Makarska, donde llegamos bastante tarde y cansados. Así que decidimos tomar directamente un merecido descanso, ya que al día siguiente nos esperaba Hvar.
Día 3: Hvar
El tercer día estaba pensado exclusivamente para la isla de Hvar. Nos levantamos temprano, ya que la idea era tomar el ferry y recorrer en coche la isla. Se puede acceder a Hvar en ferry desde varios puntos de la costa, nosotros elegimos cogerlo en Drvenik, ya que hay mucha menos gente que en Split, el trayecto es más corto y además, es más barato. El único inconveniente es que hay que recorrer literalmente toda la isla de punta a punta para llegar a Hvar (1h 20 en coche). El ferry te deja en Sućuraj. Pero bueno, se puede aprovechar para ir parando en diferentes calas o ir directamente hasta Hvar primero, y a la vuelta ir parando.
Decidimos parar primero en Cala Mina para almorzar, refrescarnos un poco y así llegar a Hvar a la hora de comer. El pueblo de Hvar con su paseo marítimo, sus peatonales calles empedradas y su fortaleza española es muy bonito. Merece la pena pasar varias horas visitándolo. Por falta de tiempo y porque hacía bastante calor, decidimos no subir hasta la fortaleza y bañarnos en una cala junto al puerto en su lugar. Aunque seguro que las vistas desde lo alto bien merecen el esfuerzo.
Tras comer algo rápido, decimos poner rumbo hasta el otro extremo de la isla, en Sućuraj donde nos esperaba el ferry de vuelta. Conviene estar pendiente de los horarios de los ferrys de vuelta, para poder organizarse bien el tiempo, ya que si no es posible quedarse ‘atrapado’ en la isla hasta el día siguiente.
Al anochecer llegamos a Makarska y esta vez sí decidimos dar una vuelta y buscar algún sitio para cenar. La verdad es que el pueblo tiene mucha actividad y se nota que es más turismo local. Cenamos bastante bien en uno de los múltiples restaurantes del centro donde sirven pescado al grill. Aunque en Croacia los precios no son muy altos, en general, sí que es cierto que la zona de costa es más cara y se nota al comer pescado o marisco.
Hasta aquí la primera parte del road trip por Croacia. ¿Qué os ha parecido?¿Habéis estado en alguno de estos sitios? En la segunda parte, pondremos rumbo hacia el norte de Italia haciendo paradas en ciudades como Split, Zadar o Trogir y en las ciudades italianas de Trieste y Verona.
Muy buen paseo, Croacia se ve agradable para visitarla en coche. Gracias por compartir tus anécdotas.