En este post viajamos a Estambul, la ciudad donde dos continentes se encuentran, Europa y Asia. La antigua Constantinopla es un destino idílico para una escapada, una ciudad de contrastes y con mucho que ver. Para ser sincero, se trata de un viaje que realicé en octubre de 2021, pero que aún no había traído al blog. Así que, en este artículo te cuento todo lo que el viaje dio de sí en 3 intensos días.
Día 1: Bienvenidos a Estambul
Llegamos puntuales al moderno aeropuerto internacional de Estambul. Este se encuentra bastante alejado del centro de la ciudad, unos 50 minutos en coche. Por tanto, la mejor opción es contratar un taxi que te recoja y te lleve directamente a tu hotel. La mayoría de hoteles ofrecen este servicio y merece la pena. Aunque asegúrate de que te ofrecen un precio razonable.
Nuestro hotel estaba en Çemberlitaş, cerca del Gran Bazar y la Mezquita Azul. Como llegamos por la tarde/noche, fuimos a cenar pero dejamos el turisteo para el día siguiente. De hecho, encontramos un restaurante que acabó siendo de nuestros favoritos del viaje, se llama Hidden Garden.
Al día siguiente, después de desayunar decidimos reservar plaza en un free tour como viene siendo habitual. El tour inicia en uno de los lugares más espectaculares de Estambul, el Parque Sultan Ahmet, entre la Mezquita Azul y Santa Sofia.
- Santa Sofía: antigua basílica cristiana y luego bizantina construida en el año 537 y reconvertida más tarde en mezquita. Sin duda, no puedes visitar Estambul sin entrar a Santa Sofia. Es recomendable entrar a primera hora de la manana cuando aún no hay muchos turistas. Recuerda que en una mezquita deberás dejar tus zapatos a la entrada y taparte el cabello con un pañuelo si eres mujer.
- Mezquita Azul: justo enfrente de Santa Sofia se encuentra la también famosa Mezquita Azul. Fue la única mezquita con 6 alminares, hasta la inauguración en 2016 de la mezquita de Çamlıca, megaproyecto ideado por Erdogan, como símbolo de poder. Su interior cuenta con numerosos mosaicos azules y de ahí su nombre. Aunque cuando fuimos lamentablemente estaba en restauración y no pudimos ver mucho 🙁
El tour continua justo al lado de la Mezquita Azul, en el Hipódromo de Constantinopla. Obviamente ya no se realizan carreras de cuádrigas en la Estambul actual y solo quedan en pie algunas de las columnas como el Obelisco de Teodosio, traído desde Luxor en el año 390, o la Columna de las Serpientes. También, en uno de los extremos se encuentra la Fuente Alemana, construída por el gobierno alemán en el 1900, tras la visita del emperador Guillermo II.
Aunque el tour debía continuar en la Basílica Cisterna, no pudimos ya que también se encontraba en restauración. Este palacio subterráneo, es el más grande de las cientas de cisternas que se encuentran bajo la ciudad. Construida en el s. VI proveía agua al Gran Palacio de Constantinopla y posteriormente al Palacio de Topkapi. Actualmente, se puede visitar y destacan dos columnas con cabeza de Medusa en la base. Esta galería subterránea fue una de las localizaciones de la película de James Bond, ‘Desde Rusia con amor’. Aunque nos quedamos sin verla, el guía nos mostró otras cisternas más pequeñas durante el tour.
A continuación, visitamos el parque Gülhane, donde pudimos descansar un rato. Para luego seguir por la calle Soğuk Çeşme Sk., una calle peatonal con varias casas históricas ahora propiedad del hotel Hilton. Por último, nos dirigimos, por fin, al Gran Bazar para terminar el tour. Abre todos los días, excepto domingos, de 8:30 a 19h y se trata de un complejo con más de 58 calles y 4000 tiendas (joyas, bolsos, relojes, ropa, alfombras, antigüedades…). La verdad es que agobia un poco con la cantidad de cosas que hay y si tienes pintas de turista, los vendedores no van a parar de convencerte para que compres algo. Y sí, está permitido regatear. En mi caso, no terminé comprando nada, pero quizá la próxima vez.
Después de más de 3h de tour y con el agobio de estar rodeado de tanta gente, Estambul es una ciudad con más de 15 millones de habitantes, decidimos descansar un poco en el hotel. Tras ello, dimos un corto paseo y visitamos otras dos de las principales mezquitas del barrio de Fatih, la de Beyazit y la de Suleyman. Tras el atardecer, buscamos un sitio para cenar y acabamos encontrando una terraza con magníficas vistas a Santa Sofía.
Día 2: Bósforo y Asia
“[…] y va el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,
y allá a su frente Estambul“
Desayuno en el hotel y estamos listos para seguir descubriendo la ciudad. Tras el tour de ayer, decidimos reservar otro tour que incluía un paseo en barco por el Bósforo y el Mar de Marmara y un pequeño paseo por la parte asiática de Estambul. Como el tour era por la tarde, teníamos la manaña libre y decidimos visitar el Palacio de Topkapi. Intentamos entrar temprano, ya que en la visita se te pueden ir fácilmente 3h, teniendo en cuenta las colas.
Visitar el Palacio es imprescindible si vienes a Estambul. Fue el centro administrativo del Imperio Otomano desde 1465 hasta 1853 y la principal residencia de los sultanes. El complejo cuenta con varios patios y estancias que se pueden visitar: la biblioteca, la sala de audiencias, las cocinas, los dormitorios, el harem del sultán…
Tras terminar la visita, pusimos rumbo al mercado de las especias o bazar egipcio. Es un bazar mucho más pequeño que el gran bazar, pero merece la pena visitarlo y disfrutar de la cantidad de olores y colores.
El tour iniciaba a las 17h junto a la Mezquita Azul, dado que nos entretuvimos un poco de más en la comida y nos despistamos con las tiendas en el Bazar Arasta llegamos tarde. Por suerte, pudimos unirnos al grupo en el muelle donde estaba esperando el barco y conseguimos llegar a tiempo al embarque. El paseo en barco dura unas 2h, inicia junto al Palacio de Topkapi, se acerca hasta el puente del Gálata y continúa por el Bósforo hasta casi el puente de Fatih Sultan Mehmet. Europa a un lado, Asia al otro y nosotros justo en el medio. El guía va contando durante el trayecto la historia de los diferentes palacios, fuertes, mezquitas y demás puntos de interés en las orillas del Bósforo. Finalmente, el barco acaba atracando en la parte asiática junto a la estación de Üsküdar.
A continuación, el tour siguió en un pequeño bazar donde probamos dulces turcos como baklava. Debo confesar que no soy muy fan, porque están muy muy dulces y el guía nos ‘forzó’ a probar tres diferentes. Así que, cuidado especialmente si haces este tour y eres diabético. Después, continuamos andando al atardecer hasta la torre del Bósforo, dónde terminó el tour. El guía nos recomendó tomar el ferry para regresar a la parte europea y terminamos cenando en un sitio de tapas en el barrio de Karaköy, uno de las zonas más exclusivas del centro de Estambul.
Día 3: Balat, Gálata y Besitkas
Para este último día, decidimos dejar los sitios algo más alejados y no tan imprescindibles. Por recomendación del guía nos acercamos a la zona de Balat por la mañana. Se trata de una zona de casas coloridas y diversos cafés que se ha popularizado entre los turistas. En especial, hay un rincón con unas escaleras de colores que es, sin duda, punto foto.
Desde la estación de Fener, tomamos el ferry para cruzar al otro lado del Cuerno de Oro. Concretamente, al distrito de Pera, la Estambul más occidental. La calle principal (Ístiklal Avenue), es una extensa avenida peatonal de más de 1.4km repleta de tiendas, cafés, pubs, librerías… Conecta la parte genovesa donde se encuentra la torre del Gálata con la monumental plaza de Taksim.
La torre del Gálata era el punto más alto de una antigua ciudadela de origen genovés construida en 1348. Se puede visitar cualquier día del año por unos 12€ al cambio. Nosotros no llegamos a subir arriba así que nos quedamos sin las vistas desde lo alto. Cerca de aquí, se encuentra el famoso hotel Pera Palace, dónde Agatha Christie solía alojarse en la habitación 411. Se rumorea que fue aquí dónde escribió ‘Asesinato en el Orient Express’.
Tras entretenernos algo de más en la zona, y hacer una parada técnica para comer en Pizzería Pera, llegamos por fin a la plaza Taksim. Desde allí, epicentro de varios hoteles descendemos hacia el estadio del Besitkas y el palacio de Dolmabahçe. Es nuestra siguiente y última parada del día. Se trata del palacio al que se mudó el Sultán, tras abandonar Topkapi ya que quería estar más cerca del Bósforo. La entrada es un poco cara (32€), pero merece la pena ya que por dentro tiene unos salones espectaculares.
Después de visitar el palacio, y por ser nuestra última noche decicimos volver al restaurante Hidden Garden que te he mencionado al principio, para despedir el viaje. Estambul es sin duda una metrópolis que no deja indiferente a nadie. Una ciudad histórica donde dos continentes y culturas distintas se entremezclan para dotarla de una atmósfera especial. Queda pendiente un viaje de vuelta a Turquía para visitar la Capadoccia y la región de Anatolya.