Tras un mes increíble en Nueva Zelanda, aterricé por fin en Melbourne. En este post, te contaré que cosas ver y hacer en la capital del estado australiano de Victoria, y alrededores. Una de ellas, la impresionante Great Ocean Road, uno de los road trips más famosos de todo el país. Y aquí, dio inicio mi viaje por Australia, un país que tenía muchísimas ganas de explorar.
Explorando el Central Business District (CBD)
Mi vuelo llegó a Melbourne bastante tarde, desde ahí tomé un autobús de la compañía SkyBus que te lleva directamente hasta Southern Cross, la estación central del CBD. Y ya directamente, tomé el tranvía hasta mi hostel. Los tranvías en Melbourne funcionan muy bien, y además son gratis dentro de todo el distrito central. Eso sí, en cuánto sales de la zona gratuita deberías tener un ticket o te podrían multar.
Me alojé durante 5 noches en The Nunnery Accomodation, un hostel un tanto tétrico pero con buen ambiente y muy buena ubicación. Tras descansar esa noche, ya estaba listo al día siguiente para explorar la ciudad.
Justo enfrente de mi hostel se encontraban los Carlton Gardens, un parque público bastante grande con el museo de la ciudad y el emblemático Royal Exhibition Building. Este palacio de exhibiciones fue construido en 1880 y es uno de los edificios históricos de Melbourne. No tuve mucha suerte, porque cuando fui estaba en rehabilitación y no pude visitarlo por dentro.
Muy cerca de los Carlton Gardens, se encuentran los preciosos Fitzroy Gardens junto a la Catedral de San Patricio. Perfectos para disfrutar de mi desayuno y mi café antes de adentrarme en las ajetreadas calles del centro. Están muy bien cuidados y tienen ese aire británico con incluso algún pequeño invernadero y casitas estilo tudor.
Dejando ya los parques atrás, me encontré con otro edificio histórico del s. XIX, el Old Treasury Building y con el Parlamento de Victoria, de estilo victoriano. Australia está formada por 6 estados y 2 territorios continentales, estando la capital y sede del Gobierno Federal en Canberra. Este es por tanto, el parlamento del Estado de Victoria, cuya capital es Melbourne.
El CBD de la ciudad es bastante cuadriculado, siendo Bourke St., la arteria principal y la mayor calle comercial. El centro está dominado por rascacielos repletos de oficinas, los famosos arcades de Melbourne (pasajes comerciales) y el contraste con edificios históricos de época y edificios de ladrillo. Otra de las características de Melbourne son los ‘lanes’, antiguos callejones victorianos que servían como vías de acceso. Durante la fiebre del oro había más de 100 en la ciudad, pero con el paso del tiempo y los planes urbanísticos muchos se eliminaron. Ahora los que quedan son una atracción popular con cafés, bares y arte urbano, como graffitis.
En torno a Little Bourke St. se encuentra el Chinatown, el más antiguo del hemisferio sur. Establecido a mitades del siglo XIX durante la fiebre del oro victoriana. Destacan los arcos de entrada al Chinatown, a lo largo de la calle, como el Pailou Archway y algunos lanes como Corrs Lane, el callejón más estrecho de la ciudad. Es un barrio con gran ambiente, y perfecto para comer comida asiática auténtica. Yo lo hice en el restaurante HuTong y los dumplings estaban increíbles.
Saliendo del Chinatown, llegarás a la zona más comercial de la ciudad. Dominada por inmensos centros comerciales como Emporium o Melbourne Central que hasta conecta dos bloques de edificios y tiene dentro una torre de reloj junto a los cines. Otra parada que merece la pena, es la Biblioteca del Estado de Victoria, de entrada gratuita. Es un bonito edificio, también de mediados del s.XIX, y con una impresionante sala central de lectura donde aproveché para cargar el móvil.
Junto a ella, se encuentra el campus de la RMIT University con algunos edificios bonitos y la Old Melbourne Gaol, la antigua prisión reconvertida a museo. También me llamó bastante la atención la Wesley Uniting Church, una pequeña iglesia protestante, que contrasta entre los grandes edificios de cristal. Además, justo detrás está Caretaker’s Cottage, un bar especializado en cócteles con mucho rollo y por el que deberías pasar si vas a Melbourne. Sin duda, una joya y mi favorito en la ciudad.
Otro de mis favoritos de la ciudad, fue Guilford Lane. Un callejón con edificios de ladrillos que contrasta con los rascacielos que lo rodean. Además de ser muy fotogénico hay varias tiendas y cafés que están bastante bien como Krimper Café.

De hecho, Melbourne es muy famosa por la calidad de sus cafés. En algunos sitios afirman que las mejores cafeterías del mundo están aquí. Y el café por excelencia es el ‘flat white’, inventado en Australia, es como un capuccino pero con una capa más fina de espuma. Algunas cafeterías famosas que deberías visitar son Patricia Coffee Brewers, Dukes Coffee Roasters o Little Rogue.
Además del café, como he dicho antes, la ciudad es famosa por sus viejos arcades. Imprescindible es pasarse por el Royal Arcade, con su suelo de mármol en blanco y negro, y The Block Arcade, con su suelo de mosaico. Y Centre Place o Centreway Arcade. En la misma zona se encuentra también el Ayuntamiento de Melbourne, en el cruce entre Collins St. y Swanston St.
Hardware Lane y Degraves St. son otros dos callejones repletos de bares y restaurantes, por los que deberías pasar. Hosier Lane y Duckboard Pl. son emblemáticas por sus grafitis. Tras perderte por todas estas calles, callejones y centros comerciales del CBD acabarás llegando en algún momento a Flinders St., la estación abovedada de principios del s.XX y la emblemática Federation Square. Fed Square, como la llaman los melburnianos, es la principal plaza de la ciudad. Está rodeada de varios centros de exhibiciones de arte y es aquí dónde se celebran grandes eventos y conciertos durante el año.
Southbank, Docklands y el río Yarra
Probablemente termines agotado tras todo un día explorando el CBD de Melbourne, así que como yo puedes dejar esta zona para el día siguiente. El Southbank se encuentra en la ribera sur del río Yarra que divide la ciudad. Si te gustan los puertos deportivos como a mí, puedes comenzar el día en los Docklands, al otro lado de la estación Southern Cross junto al Marvel Stadium, que acoge partidos de la AFL (Liga de Fútbol Australiano). Ya te contaré más adelante sobre el fútbol australiano, porque no es como el fútbol que conocemos.
Desde aquí, puedes cruzar el puente sobre el Yarra y llegar al South Wharf. Una zona moderna, con vistas a los rascacielos del CBD, un enorme centro comercial (DFO South Wharf), el centro de convenciones de Melbourne y la galería de arte The Lume. Siguiendo por el paseo junto al río, te encontrarás también con el enorme casino/hotel Crown. De hecho, es el más grande del hemisferio sur y uno de los más grandes del mundo.

Si te gusta contemplar las ciudades desde las alturas, no dudes en comprar entradas y subir al observatorio Skydeck, en la planta 88 de un rascacielos junto al centro comercial Southgate. No muy lejos de aquí se encuentran el auditorio Hamer Hall, el Centro de Artes de Melbourne y la Galería Nacional de Victoria. A esta última entré un rato, ya que es de entrada gratuita, y tiene algunas exposiciones interesantes. Por cierto, abre solo de 10am a 5pm.
Un kilómetro al sur, continuando por St. Kilda Rd., se encuentra el Shrine of Remembrance. Se trata de un memorial de guerra construido en 1934 para conmemorar a los australianos caídos durante la Primera Guerra Mundial. Ahora, hace a la vez de museo sobre la participación de las ANZAC, fuerzas australianas y neozelandesas en las guerras. La entrada es gratuita y abre también de 10 am a 5pm, desde lo alto hay unas muy buenas vistas a la ciudad.

Muy cerca de aquí se encuentra también Albert Park, que acoge el circuito de F1 y que abre el calendario anual de competición, y los Royal Botanic Gardens. Unos jardines botánicos enormes y muy bonitos por los que sin lugar a dudas debes pasear si visitas Melbourne. Vi un montón de plantas que no había visto en mi vida, están muy bien cuidados y son gratuitos, por si necesitas un aliciente.
Por último, al otro lado del río Yarra, opuesto a los jardines botánicos, está todo el complejo del Open de Australia de tenis, coronado por el Rod Laver Arena y el enorme Melbourne Cricket Ground, con capacidad para 100.000 personas. Sinceramente, me impresionó la cantidad de parques y naturaleza que se respira en la ciudad, en una simbiosis perfecta con los rascacielos, las galerías de arte y los eventos de proyección mundial. No me extraña que Melbourne siempre encabece los ‘ránkings’ de las mejores ciudades para vivir del planeta.
Otras zonas de Melbourne y alrededores
Admito que este post va a ser más largo de lo que me gustaría, pero hay mucho que decir de Melbourne… La ciudad, de unos 4 millones de habitantes, es una de las más extensas del mundo. Siendo, la mayoría de barrios quitando el CBD, residenciales. De hecho, hay otras zonas de la ciudad de las que me gustaría hablar:
- Fitzroy: el barrio ‘cool’ de Melbourne, repleto de tiendas vintage, de segunda mano, cafés, bares, cocktelerías y mucha gente joven, alternativa. Es el barrio dónde estaba mi hostel, con sus casitas residenciales de época. Brunswick St. es la calle principal, con todos los bares, comercios y restaurantes. Destacaría: ‘Naked for Satan’, por su terraza con vistas sobre la ciudad; ‘Lune Croissanterie’, una pastelería con unos premiados croissants y ‘Sunrise Café’, un local vietnamita encantador con riquísimos báhn mì, dónde desayuné casi cada día.
- Carlton: otro barrio bastante popular con ambiente universitario, ya que el campus de la Universidad de Melbourne se encuentra aquí. También tiene sus casitas de época. Cerca se encuentra el Queen Victoria Market, un mercado con un poco de todo abierto por las mañanas, excepto lunes y miércoles. Excepto, algunos miércoles del año cuando hay un mercadillo nocturno.
- St. Kilda: es la playa principal de Melbourne. Como tenía un conocido que vivía aquí, pasé un día con él en bici por la ciudad y llegamos hasta la playa. He de decir, que no es ni de lejos la mejor playa pero hay bastante ambiente. Hay hasta un pequeño parque de atracciones. Si no, más al sur, está Brighton Beach, con sus casitas de colores.
En cuánto, a los alrededores de Melbourne, la Great Ocean Road es, sin lugar a dudas, la excursión más popular. Es una ruta de carretera, de unos 250km, desde Torquay hasta Allansford, que circula pegada a la costa. Los trabajadores que la construyeron, fueron ex-soldados o veteranos de la Primera Guerra Mundial.
Aunque puedes alquilar un coche y hacerla por tu cuenta, a tu medida, yo lo hice con un tour organizado. Te recogen, muy temprano, en el CBD de Melbourne en furgoneta y te llevan a algunos de los puntos más destacados de la ruta. Es un poco paliza, porque es una excursión de día, pero merece la pena. Paramos en estos sitios:
- Torquay Beach: punto de inicio de la Great Ocean Road. Una preciosa playa con gran tradición surfera.
- Memorial Arch at Eastern View: un llamativo arco conmemorativo de la carretera que querrás fotografiar.
- Kennet River: hicimos una parada rápida para ver koalas salvajes.
- Mait’s Rest: un paseo de 30 minutos por el bosque.
- Apollo Bay: en este pueblo, uno de los más grandes en la zona, es dónde paramos a comer.
- Twelve Apostles: la joya de la corona de esta Ruta. Uno de los sitios más visitados y fotografiados de toda Australia. Son unas formaciones de piedra caliza que se elevan en el océano Antártico en forma de pilar. Creadas por erosión, actualmente solo quedan 8, y seguramente poco a poco vayan quedando menos.

- Loch and Gorge: un poquito más al oeste se encuentra esta zona de acantilados bastante impresionante también.

Este fue el último sitio que visitamos y ya emprendimos las 3h de regreso a Melbourne, con una parada rápida en Colac.
Si tienes más días, otra excursión de un día típica, es visitar Philipp Island para ver pingüinos. Pero no tuve tiempo de ir, así que no puedo contarte mucho.
Melbourne me sorprendió mucho y me encantó. Solo estuve 5 días completos y uno lo dediqué a la Great Ocean Road, así que siento que hay muchos sitios que no me dio tiempo a ver. Es cierto, que cuánto más te alejas del CBD son todo barrios residenciales con poco que ofrecer. Pero siento que en las zonas centrales hay muchos locales, restaurantes, centros culturales, tiendas y cafés ‘cools’ como para no aburrirte. Me fui pensando: ‘podría vivir aquí un tiempo’.