Después de varios meses sin publicar nada en el blog, vuelvo con más fuerza que nunca. Y es que la semana pasada me animé a hacer mi primer viaje en solitario! Si nos seguís y habéis leído el último post, sabréis que vivo en Viena desde enero del 2022 por motivos de trabajo. Aprovechando un puente y como no tenía mucho plan, me animé a hacer una escapada a Praga por mi cuenta. En este post, te cuento como me organicé y qué descubrí en la maravillosa capital checa. ¡Estrenamos nuevo país en el blog!
¿Por qué viajar solo?
En mi caso, este ha sido el primer viaje que me he animado a hacer en solitario. Lo cierto es, que llevaba un tiempo contemplando la posibilidad de ir solo a algún sitio, pero siempre me venían algunas dudas y nervios que me impedían acabar de animarme a emprender un viaje por mi cuenta. Creo que es una fase por la que pasamos todos, y son miedos bastante comunes:
¿qué pasa si no conozco a nadie? ¿y si me pierdo? ¿me aburriré? ¿con quién voy a compartir los recuerdos después? ¿cómo voy a comer solo en un restaurante?
Pues bien, muchas de estas dudas solo están en nuestra cabeza y distan mucho de lo que va a pasar en realidad. No necesitas a nadie para pasártelo bien, seguro que vas a encontrar gente con la que hablar y no pasa nada por comer solo en un restaurante, de hecho hasta los camareros son más simpáticos. Lo cierto es que cuando viajas solo estás mucho más expuesto a todo y tú marcas tus propios tiempos, es decir, haces lo que te da la gana cuando te da la gana. Y eso también está bien.
Día 1: Praga Old Town
Mi tren salió puntual a las 6:10h de la mañana desde la estación central de Viena. El trayecto entre Viena y Praga dura unas 4h tanto en tren como en bus. A mi me tocó hacer un cambio de tren en Breclav, un pueblo en la frontera entre Austria y la República Checa. Pero a pesar de ello, a las 10:30h llegué puntual a la estación central de Praga.
Para el primer día decidí darme un capricho y reservé en un hotel boutique en el centro de Praga. El hotel se encuentra en el anexo a un antiguo monasterio en una zona del centro algo más tranquila. La verdad es que es un hotel precioso y muy recomendable si viajas con algo más de presupuesto. Tras realizar el check-in y descansar un rato, tocaba por fin empezar a descubrir Praga. Y qué mejor manera de hacerlo qué con un free tour, no? Hay varias compañías que ofrecen tours en la ciudad, yo encontré los míos por internet y reservé una plaza. Básicamente, hay dos tours que son los principales, uno de unas 3h en la Old Town y otro de 3-4h de duración en la zona de Mala Strana y el castillo de Praga.
Para el primer día elegí el de Old Town, que recorre los principales sitios históricos de la ciudad:
- Powder Gate (Prašná brána): aquí es dónde empezó mi tour. Una de las puertas de la antigua muralla de la ciudad, construida en el siglo XV.
- Casa cubista: no muy lejos se encuentra esta curiosa casa construida en estilo cubista que cuenta con una famosa cafetería.
- Stavovské divadlo: uno de los teatros más antiguos de Europa, donde el célebre Mozart recibió una ovación de 30 minutos tras su primer estreno.
- Old Town Square: sin duda el centro neurálgico de la ciudad, la plaza más antigua, donde se encuentra el famoso reloj astronómico y dos de las principales iglesias de Praga.
- Barrio judío y sinagoga española: el tour continúa por el barrio judío. Donde nació la leyenda del Golem de Praga y se encuentra una famosa escultura de Frank Kafka.
- Klementinum: complejo de edificios donde se encuentra la biblioteca nacional checa.
- Puente de Carlos: el puente más antiguo de la ciudad, que ha resistido varias severas inundaciones. Construido en el ano 1402, cuenta con varias figuras de santos a los lados, de las que destaca la de San Juan Nepomuceno, quién fue lanzado al río desde el mismo lugar de su estatua.
El tour termina al otro lado del río, en el muro de John Lennon. Un muro que John Lennon nunca llegó a visitar realmente pero se ha convertido en un lugar donde escribir mensajes de paz y libertad. Tras varias horas pateando la ciudad, un descanso es más que merecido. Es hora, por fin, de probar la famosa cerveza checa!
Los checos son los mayores consumidores de cerveza a nivel mundial y en muchos bares la cerveza es incluso casi más barata que el agua ;). Las principales marcas son Pilsner-Urquell y Kozel. Así que, decidí cruzar el puente de vuelta y sentarme en una de las terrazas junto al río. Y no, la cerveza checa no decepciona para nada!!
Día 2: Mala Strana y Castillo de Praga
El segundo día también prometía bastante. Empecé con un buen desayuno en el hotel para coger fuerzas. Además, ese día tenía que dejar el hotel, ya que me cambié a un hostel para las siguientes noches. Ya he dicho antes, que el hotel era solo un ‘pequeño’ capricho, no?
De nuevo, tenía un free tour reservado a las 15h, en este caso para visitar la zona del castillo. Así que, para hacer tiempo, decidí visitar algunas tiendas y callejear un poco. Durante el paseo, descubrí la cabeza giratoria de Franz Kafka, una escultura metálica del artista checo David Černý. Este artista es muy famoso en el país y en Praga se pueden encontrar muchas de sus controvertidas esculturas. Por cierto, que esta cabeza solo gira durante los primeros 15 minutos de cada hora, así que tenlo en cuenta o tendrás que esperar un rato…
Tras comer algo, me dirigí al punto de inicio del free tour. En este caso, en el Rudolfinum. En el tour vimos lo siguiente:
- Puente de Carlos: y sí, si visitas Praga vas a terminar cruzando este ajetreadísimo puente varias veces.
- Malá Strana: se trata del distrito al otro lado del río, es uno de los más antiguos y bonitos de la ciudad. En él se han rodado multitud de películas como Spiderman: Far from home o Misión imposible. Merece la pena perderse por tanto por sus bonitas calles y quién sabe quizá te encuentres alguna cara conocida.
- Castillo de Praga: al castillo se puede subir andando, pero durante el tour tomamos el tranvía desde la iglesa de San Nicolás (número 20 o 22), el billete sencillo cuesta 30 CZK (1,25€) y se puede pagar con tarjeta en las máquinas dentro del propio tranvía. El castillo es un enorme complejo con varios edificios de interés: como la ‘moderna’ catedral de St. Vitus, el callejón de oro, el palacio presidencial y los jardines anexos, que cuentan con una maravillosa vista de la ciudad.
Fue justo en los jardines, donde tras varias horas, terminamos el tour. Tras el tour, decidí acercarme a los jardines de Petrin, no sin antes realizar una breve parada para recuperar fuerzas ;). También, el guía nos recomendó visitar los Jardines del Senado, que cierran a las 18h. Yo los visité al día siguiente.
En lo alto de los jardines de Petrin, se encuentra una especie de réplica de la torre Eiffel, aunque de mucho menor tamaño. Aunque no es especialmente interesante la torre en sí, el paseo por los jardines sí que merece la pena para desconectar un poco de los turistas y disfrutar de la naturaleza. Para finalizar el día nada mejor que una cena en una taberna tradicional checa como U Glaubicu (en Malá Strana) o U Zlatého Tygra (en Old Town).
Día 3: Vysehrad y Praga New Town
Si cuentas con un tercer día en la ciudad, puedes dedicarlo a visitar partes más nuevas de la ciudad, o algún museo que te parezca interesante. En el hostel no pude descansar tan bien como me hubiera gustado, es lo que tiene compartir habitación con 10 personas, así que decidí planear un día más chill. En mi caso, me dirigí por la mañana a Vysehrad, un fuerte amurallado al sureste de la ciudad. Construido probablemente en el siglo X, es un complejo con varios sitios de interés como la basílica y el cementerio anexo, donde se encuentran enterrados varios checos célebres. Además, al estar situado en lo alto de una colina se pueden contemplar bonitas vistas de la ciudad y el río Moldava.
Desde allí, me dirigí andando hasta la Dancing House, un edificio famoso por su arquitectura. Fue diseñado por el arquitecto croata Vlado Milunic en colaboración con el célebre Frank Gehry, finalizando su construcción en 1996. Su nombre viene de que el edificio emula a una pareja de baile.
Merece la pena pasear por estas calles de la New Town y acercarse al Museo Nacional y el edificio de la ópera. Aunque yo no lo pude visitar, el museo tiene más de 200 años de historia y tiene numerosas colecciones interesantes, aparte de ser muy bonito por dentro.
Para completar el día, decidí perderme de nuevo por la Old Town y subir a lo alto del parque Letna. El parque está coronado por un metronómo, que se instaló tras el fin del comunismo en el país. Es recomendable acercarse al atardecer para contemplar las vistas de la ciudad junto con un par de cervezas como hace la gente local. Además, tuve tiempo de acercarme a un pequeño islote en el que había un mini festival y dónde es posible ver nutrias e incluso darles de comer como hice en este video.
Y tras disfrutar de la final de la Champions League en uno de los múltiples pubs irlandeses de la ciudad, mi primer viaje en solitario llegó a su fin. A la mañana siguiente me tocaba regresar a Viena. Lo cierto es que fue una experiencia muy enriquecedora y Praga es un muy buen destino para una primera aventura en solitario. De hecho, ya estoy planeando cuál puede ser mi próxima aventura en solitario… ¿y tú has hecho algún solo trip?¿hay algún sitio en Praga que recomendarías para una próxima visita?