Mi historia de amor con los Alpes empezó allá por 2012 en Suiza. Durante 4 meses estuve viviendo allí. Y esos meses, aproveché todos los fines de semana para escaparme a la montaña, ¡la tenía tan cerca y tan accesible! Así, poco a poco, me dejé seducir por ellos. Me enamoraron sus paisajes, sus glaciares, sus acantilados y sus lagos. Sin embargo, lo nuestro era algo imposible, me volvía a Valencia, a nuestra huerta a nuestro mar, a nuestra vida al nivel del mar. Tuvimos que despedirnos, aunque no fue un adiós, fue un ‘hasta pronto‘.