“¿Quiere que la Unión Europea pueda imponer reubicaciones obligatorias de ciudadanos no húngaros en Hungría, incluso sin la aprobación de la Asamblea Nacional (Parlamento)?”
Esta es la pregunta del referéndum que se ha celebrado en Hungría hoy, domingo 2 de octubre. Esta pregunta, además de mal planteada y de inmoral, tiene trampa. Lo que se está votando en ella es qué hacer con la vida de personas. Personas, como tú y como yo, que tuvieron la mala suerte de nacer en un lugar que hoy está en guerra. Esa mala suerte les ha empujado a huir en busca de un lugar donde recuperar la vida que dejaron y a encontrarse con fronteras cerradas. La suerte no es selectiva, e igual que les ha afectado a ellos, nada te garantiza que a ti mañana te vaya a pasar algo parecido.
Volviendo a la pregunta del referéndum. Para empezar, empieza mal: ¿Quiere que la Unión Europea pueda imponer…?, ¿Imponer? ¿Cómo que imponer? A nadie le gusta que le impongan, y menos aún desde fuera. Esa forma de plantearla no es objetiva, y hace que se desvíe la atención de lo que se está votando. Porque en definitiva, por mucho que lo quieran decorar, lo que se está votando es si se aceptan o no los Derechos Humanos en Hungría. Pero claro, plantearla de esa forma no ayuda a obtener el resultado que el gobierno húngaro (conservador) quiere. ¿O tal vez sí?
A estas horas ya se sabe que, debido a la baja participación (43 %) el resultado del referéndum no es válido legalmente. Sin embargo, los resultados son preocupantes. De ese 43 %, el voto del 98 % de los que han participado han votado que no, que no a la acogida de refugiados en Hungría. ¿No sabían lo que estaban votando? ¿Han entendido mal la pregunta? Me gustaría creer que han contestado que no a la imposición de la Unión Europea porque quieren acoger a más de los 160.000 que se les impone, porque ven injusta la situación de bloqueo que se vive en las fronteras. Desgraciadamente, el NO tiene un carácter profundamente xenófobo. El resultado muestra que casi la mitad de la población no quiere abrir sus fronteras, no quiere respetar los Derechos Humanos… y no pasa nada.
Algo estamos haciendo muy mal como sociedad cuando se llega al punto de plantear desde el gobierno un referéndum como ese. Algo estamos haciendo todavía peor cuando en el resultado de ese referéndum medio país vota en contra de los Derechos Humanos. Quizá es momento de volver a plantearnos (yo no dejo de hacerlo desde hace años) cuál es la Europa que queremos y hacia dónde queremos avanzar como sociedad. ¿Queremos seguir levantando muros? ¿Levantando fronteras?
Este es un blog de viajes, y no hay persona a la que le guste viajar, que no odie las fronteras. ¿Por qué entonces se siguen construyendo barreras innecesarias?
NOTA: La imagen es de El Roto, uno de mis viñetistas favoritos.
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Efectivamente, algo se está haciendo mal… muy mal. Y lo peor es que actuamos como si fuese lo más normal.
La normalización de actitudes es el peor de nuestros errores…
Toda la razón del mundo. Pero siempre se está a tiempo de cambiar, y creo que la educación es la clave para hacerlo. ¡Así que a luchar por ello! 😉