En un post anterior, os hablé de qué ver en Bergen y sus alrededores. Si no la habéis leído, podéis hacerlo aquí. Pues bien, en este post abandonamos esta bella ciudad y nos trasladamos unos 200km al sur. Visitaremos la ciudad portuaria de Stavanger, que nos servirá de base para llegar al púlpito más famoso del mundo: Preikestolen. ¿Te vienes?
Para ir de Bergen a Stavanger, lo más cómodo es hacerlo en avión, ya que se tarda poco (menos de 45 minutos). Aunque también se puede ir en coche y existen dos alternativas:
-La primera, transcurre prácticamente en línea recta y lleva unas 5h debido a la gran cantidad de ferris y túneles que hay para poder atravesar los fiordos.
-La segunda, obliga a bordear los fiordos, por lo que se tarda más tiempo. Sin embargo, solo por la vistas bien merece mucho la pena.
Descubriendo Stavanger: la ciudad del petróleo
La ciudad es una de las más ricas del país y se le conoce popularmente como la ‘capital del petróleo’. Muchas de las empresas petroleras noruegas están asentadas aquí debido a la proximidad de la ciudad a las plantas del Mar del Norte.
Es bastante interesante visitar el Norsk Oljemuseum (el museo del petróleo), donde cuentan cómo ha evolucionado la ciudad y el país desde que se descubrió el ‘oro negro’ en sus costas. También, nos ayuda a entender cómo Noruega pasó de ser uno de los países más pobres de Europa a situarse a la cabeza del estado de bienester gracias a este líquido. Es un museo interactivo y moderno, así que si tienes tiempo, no dejes de visitarlo.
Stavanger es una ciudad relativamente pequeña en cuanto al centro se refiere, y prácticamente se puede ver en un día. Lo mejor es pasear por las estrechas y comerciales calles peatonales del centro, probar la gastronomía local (en especial la sopa de pescado) y visitar una zona de antiguas casas de madera blanca conocida como Gamle Stavanger.
A unos 30 minutos del centro, a orillas del Hafrsfjord se encuentra Sverd i fjell. Tres espadas de bronce clavadas en la roca que conmemoran la batalla en la que el rey Harald consiguió unificar Noruega, según la tradición. Es otra buena opción para completar el día.
Excursión al Preikestolen
La verdad es que la ciudad tiene poco que ver… pero sirve como base perfecta para hacer excursiones y descubrir el magnífico Lysefjord (o fiordo de Lyse). Después de dedicar el primer día a hacer todo lo que os he contado antes, el segundo día nos preparamos para ascender al Preikestolen (o el famoso Púlpito). Se trata de un balcón de roca de lo más espectacular situado a 600 m sobre el fiordo. ¿Te suena? Es algo difícil de imaginar, así que mejor te dejo esta foto para que te hagas una idea.
El Preikestolen en verano está frecuentado por multitud de turistas, especialmente si hace un buen día. Para llegar, basta seguir la ruta que parte desde el parking. Es un trekking relativamente fácil, de unas 2 horas y 600m de desnivel. A pesar de la gran cantidad de gente, la ruta es muy bonita y, como no, mejora con la altura.
Una vez arriba lo que más me sorprendió, además de las magníficas vistas, es la gran cantidad de viento que hacía. En el Púlpito no existe ningún tipo de protección, no hay ni vallas, ni red debajo, por lo que se debe tener cierta precaución y la foto puede quedar igual de impresionante aunque no te coloques en el mismísimo borde.
Mucha gente aprovecha para almorzar arriba. Es una buena idea coger algo de fuerzas antes de iniciar el descenso y además las vistas son inmejorables, ¿no crees?
¿Cómo llegar?
Nosotros partimos desde Stavanger. Primero tienes que coger un ferry desde el centro de la ciudad que te lleva hasta Tau. Nada más desembarcar verás una parada de autobuses, donde se coge el bus que te lleva hasta el parking donde empieza la ruta. También se puede llegar en coche hasta allí.
Aunque en verano hay una frecuencia alta de buses y ferris, conviene levantarse temprano para no pillar la hora punta, si no lamentablemente te tocará hacer cola y esperar debido a la cantidad de turistas.
Además del Preikestolen hay muchas más excursiones que se pueden realizar en la región de Stavanger. Podéis echar un vistazo en la web oficial.
Escribiendo esto, me han entrado de repente muchas ganas de volver y explorar otros puntos del país. Oslo, las islas Lofoten, Cabo Norte… ¡hay tantos lugares que explorar! ¿Habéis estado ya por allí? Habrá que empezar a ahorrar 😉