Como ya te conté en este post, hace unos meses realizamos una escapada a las ciudades francesas de Montpellier y Nimes. Pues bien, aprovechando que íbamos en coche, pudimos visitar algunos de los pueblos más bonitos de Francia que nos pillaban por la zona. Y no lo digo yo, es que están incluidos en el listado de ‘Les plus beaux villages de France‘, una asociación como la que existe en España, que intenta dar a conocer los pueblos más bonitos del país. ¿Quieres saber cuáles visitamos?
Arlès
Vale, Arlès no es un pueblo, si no más bien una ciudad pequeña. Pero se me olvidó incluirla en el otro post y merece la pena dedicarle algo de tiempo.
Se trata de una pequeña ciudad, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, que fue fundada por los griegos pero que sobre todo vivió su época de esplendor tras la llegada de los romanos. Y es que esta ciudad se encuentra a tan solo 35 km de Nimes, que también tiene una gran influencia romana.
Hay varios monumentos de la época romana que se pueden visitar, como las Arenas de Arlès, el teatro antiguo o las termas de Constantino.
Pero no solo los romanos marcaron la historia de la ciudad, también lo hizo el célebre pintor holandés Vincent van Gogh, que llegó a la ciudad en 1888. Y fue aquí en Arlès donde no solo encontró la inspiración para pintar muchas de sus famosas obras como ‘La noche estrellada’, ‘La casa amarilla’ o ‘Café de noche’, sino también donde se cortó la oreja. Para los interesados, hay un museo aquí con algunas de sus obras.
Por último, decir que Arlès me pareció una ciudad mucho más descuidada en comparación con su vecina Nimes.
Les Baux-de-Provence
Bueno, y vamos ya con lo prometido. Arlès es la entrada a la famosa región de la Provenza francesa y muy cerca, a unos 20 km en coche, se encuentra el precioso pueblo de Les Baux-de-Provence.
Se trata de un pequeño pueblo (unos 370 habitantes) emplazado en lo alto de una colina coronada por las ruinas de un viejo castillo, desde donde hay unas vistas espectaculares de la Provenza.
A pesar de ser un pueblo super turístico (con alrededor de 1.5 millones de visitantes al año) merece la pena dar un paseo por sus callejones empedrados y disfrutar de las vistas. Eso sí, seguro que acabas comprando algún souvenir: jabones de Marsella, queso, vino o cualquier producto a partir de lavanda, en alguna de las múltiples tiendas que hay por el pueblo.
Aigues-Mortes
A 20 km al este de Montpellier, pegado al Mediterráneo, se encuentra este pueblo de origen medieval. La vieja muralla que rodea todo el casco antiguo está muy bien conservada y es visitable.
Es un pueblo tranquilo, algo turístico, que hace que sea un buen destino para dar un paseo o pasar la tarde/noche si estás alojado en Montpellier.
Saint-Guilhem-le-Désert
Por último, visitamos este pueblo por donde pasa una de las rutas del camino de Santiago, concretamente la vía Tolosana, que parte desde Arlès y va hasta Roncesvalles pasando por Toulouse.
Este pueblo medieval, se encuentra a 35 km al oeste de Montpellier. Merece la pena pasear por sus calles y visitar la Abadía de Gellone (imagen de la portada), construida en el año 804 por San Guillermo I de Tolosa.
Además, muy cerca se encuentra la impresionante gruta de Clamouse, nosotros la visitamos y merece la pena (si no tienes claustrofobia). La visita consiste en un tour guiado en francés o inglés de 1h o así de duración. Es increíble la cantidad de formaciones de estalactitas y estalagmitas que se muestran en la visita y pensar que llevan siglos formándose…
También al lado de la gruta, la carretera pasa sobre el Pont du Diable, un puente del siglo XI sobre el río Hérault declarado Monumento Nacional.
Y hasta aquí los pueblos que visitamos en la zona, la verdad es que la exploramos bastante bien. Esto es lo que más me gusta de viajar en coche, que puedes visitar muchos sitios y más alejados de las grandes ciudades. ¿Conoces la zona o has estado en alguno de estos pueblos?
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