Uno de los lugares imprescindibles para todo aquel que viaja a Helsinki es la fortaleza de Suomenlinna, declarada patrimonio mundial de la UNESCO. Como comentábamos en un post anterior, Finlandia ha sido siempre zona de discordia entre Suecia y Rusia, que han mantenido guerras por hacerse con estas tierras. Suomenlinna, no podía ser menos y a lo largo de su historia ha sufrido ocupación sueca (1748-1808), rusa (1808-1918) y, por fin, finlandesa. Suomenlinna es el nombre finés que recibe esta fortaleza y que viene a significar ‘castillo finés’, aunque si intentas ir desde Suecia tal vez debas referirte a ella como Sveaborg, que significa ‘castillo sueco’.

Así, se trata de un lugar estratégico marcado por las guerras de ocupación, aunque hoy en día parezca improbable que vuelva a cambiar de manos. Actualmente en la isla viven cerca de 850 personas y está prohibido construir más casas, por lo que encontrar una vivienda aquí es algo bastante difícil.

¿Cómo llegar?

Nosotros cogimos el HSL ferry en Kauppatori (o Plaza del mercado), que suele hacer varios viajes al día según la estación del año. Aquí podéis consultar los horarios. Además, el ferry forma parte del transporte público de la ciudad por lo que se puede acceder a él con cualquier ticket de transporte urbano HSL.

En Kauppatori siempre hay actividad de vendedores de comida finlandesa fresca y souvenirs, nosotros aprovechamos para comprar un poco de pescaito frito para almorzar en el ferry.

¿Qué ver en Suomenlinna?

En la oficina de turismo pueden encontrar mapas del lugar con información sobre qué ver, el recorrido que puedes hacer por la isla, etc. Aquí tenéis el enlace directo al libreto de información en castellano.

Lo primero que hicimos al llegar fue hacernos con un plano de estos y empezar a recorrer toda la isla hasta llegar a la parte de la fortaleza. Visitamos la isla a finales de otoño, un día frío y nublado, así que tuvimos la suerte de encontrarnos con un lugar con pocos turistas y casi entero para nosotros, para poder recorrerlo sin agobio.

Lo que más me gustó de Suomenlinna es que es de esos lugares en los que puedes caminar durante horas y no dejar de descubrir pequeños detalles en todo lo que te rodea. El color desgastado de las casas por la humedad, la fortaleza, el submarino nuclear, el cementerio de barcos de madera y, sobre todo, los refugios. Estos refugios, creados durante la Segunda Guerra Mundial parecen hoy pequeñas montañas dentro de la isla y hacen que Suomenlinna parezca el mismísimo escenario donde viven los hobbits. ¿No te lo crees? Como dicen que una imagen vale más que mil palabras, aquí os dejo las fotos 😉

“En un agujero en el suelo, vivía un hobbit. No un agujero húmedo, sucio, repugnante, con restos de gusanos y olor a fango, ni tampoco un agujero seco, desnudo y arenoso, sin nada en que sentarse o que comer: era un agujero-hobbit, y eso significa comodidad.”  (El hobbit, Tolkien)

Y de repente, después de todo este recorrido llegas aquí, a la zona de los refugios que bien podría pasar por la casa de los hobbits, si habría que quietar algún que otro cañón porque todo el mundo sabe que los hobbits son seres pacíficos que no se meten en problemas…

Espero que este post os haya ayudado a resolver si queréis o no visitar Suomenlinna. ¿Habéis estado allí? ¿Qué es lo que más os gustó? ¡Hasta la próxima! =D