Qué ver en Tasmania: itinerario para una semana de aventura

Tasmania es una de las islas habitadas más remotas del mundo, y una de las zonas más bellas de Australia. No podía visitar el país sin explorar esta región famosa por el demonio de Tasmania y su impresionante naturaleza. ‘Taz’ como la llaman los australianos bien merece una visita en tu viaje por el país. En este post, te muestro algunos de los rincones más espectaculares del estado y visitamos sus dos ciudades principales: Launceston y su capital, Hobart.

  • Día 1: Launceston y Cataract Gorge
  • Día 2: Excursión a Bay of Fires
  • Día 3: Excursión a Cradle Mountain
  • Día 4: Hobart y MONA Museum
  • Día 5: Russell Falls y Bonorong Wildlife Sanctuary
  • Día 6: Bruny Island
  • Extras: Port Arthur, Freycinet National Park, Richmond…

Launceston y el norte de Tasmania

Aprovechando que los vuelos nacionales de Australia son bastante económicos, me animé a comprar un vuelo desde Melbourne a Launceston. Las principales aerolíneas económicas australianas son JetStar y Virgin, y un poco más premium, Qantas. La ciudad de Launceston, es la segunda más grande del estado. Decidí quedarme tres días para que me diera tiempo a hacer excursiones por el norte de Tasmania.

Una de las calles principales de Launceston.

Me alojé en el Arthouse Hostel, uno de los más económicos durante un par de noches. La ciudad en sí no tiene gran cosa salvo alrededor de las calles principales de St. John St., Brisbane St. y York St. donde se pueden ver algunos edificios coloniales. Pero no dejes de visitar Cataract George, un impresionante cañón en el South Esk River, al que se puede acceder fácilmente andando por el sendero que empieza en King’s Bridge.

La impresionante Cataract Gorge en Launceston
  • Tour de un día a la impresionante Bay of Fires

Sin duda, lo mejor sería alquilar un coche para poder explorar la isla a tu rollo, pero en mi caso opté por contratar algunos tours con operadores locales. El primero de ellos, al día siguiente de llegar a Launceston, fue una excursión a la bahía de los Fuegos (Bay of Fires). El tour de un día entero en una miniván con guía local, con su acento Tassie, empezó en la puerta de mi hostel. Para mi sorpresa, mis 4 compañeros de tour eran todo australianos jubilados… pero estuvo divertido igualmente. En el camino a Bay of Fires, a unas 2h 30′ desde Launceston hicimos varias paradas.

Lo primero que me sorprendió de las carreteras de Tasmania es la gran cantidad de animales muertos que se pueden ver atropellados.  Hay una estadística del Gobierno de Tasmania, que dice que unos 32 animales mueren cada hora en las carreteras del estado. En su mayoría wallabís, pero también los famosos demonios de Tasmania, que están en peligro de extinción.

Los campos de lavanda de Bridestowe 🙂

La primera parada fue en los campos de lavanda de Bridestowe, después dimos un pequeño paseo en la reserva de Mount Stronach antes de parar en Legerwood para ver unas curiosas esculturas talladas en madera. Finalmente, llegamos al objetivo del viaje en Binalong Bay. La bahía es super bonita con las rocas anaranjadas que le dan nombre y se extienden kilométricamente por la costa hacia el norte. Puedes verlo en la foto de portada del post ;). Luego, paramos también para pasear de extremo a extremo en Jeanneret Beach, una preciosa playa de arena completamente blanca. El color naranja en las rocas de granito se debe a la presencia de un liquen.

Las playas de arena blanca en Bay of Fires son impresionantes

Como era una excursión de día, nos pusimos ya en camino de vuelta a Launceston. Pero si vienes con coche, te recomiendo seguir la carretera y llegar hasta The Gardens, Taylor’s Beach y Suicide Beach.

  • Tour de un día en Cradle Mountain

Al día siguiente, de nuevo en una miniván con guía, hice el tour a Cradle Mountain desde Launceston, esta vez con un grupo más grande y variado. Hicimos una parada rápida en el pueblo de Sheffield para desayunar. No tenía gran cosa, pero es conocido por sus murales. Obras de arte urbano repartidas por varias calles y muros del pueblo.

Finalmente, llegamos al Cradle Mountain National Park. El acceso al parque en vehículo privado está algo limitado, se debe aparcar junto al centro de visitantes habiendo comprado previamente un ticket en la web. Desde ahí hay un shuttle bus que te lleva hasta los lagos y Cradle Mountain. Lo bueno de ir en tour, es que la organización se encarga de todo y pueden acceder directamente con su vehículo al parque nacional.

Hicimos una parada rápida en el centro de visitantes, y después en Pencil Pine. Dónde hay un corto sendero hasta una bonita cascada. Desde ahí, llegamos hasta Dove Lake. Desde este párking inician varias rutas de senderismo, una de ellas la que te lleva hasta la cima de Cradle Mountain. Aquí nuestro guía nos propuso dos opciones: o quedarse con él y dar la vuelta al lago Dove o ir por nuestra cuenta hasta Marions Lookout, y reunirnos más tarde con el grupo.

Las vistas desde el mirador con la montaña de Cradle Mountain y Dove Lake.

Aunque es un lago precioso, decidí animarme a ir por mi cuenta hasta el mirador y así poder contemplar las vistas desde las alturas y poder ver Cradle Mountain más de cerca. No es un sendero especialmente duro, pero sí que tiene algo de desnivel. Además tuve que ir bastante rápido para que me diera tiempo y así poder regresar con el grupo para la siguiente actividad.

Las vistas desde el mirador son espectaculares, es un paisaje único con los lagos, la meseta y Cradle Mountain. Sin duda, el corazón de Tasmania. Tras comer algo, me di prisa para regresar al párking y reencontrarme con el grupo, justo a tiempo para ir a ver wómbats. Una especie parecida a los koalas, endémicos de Tasmania, marsupiales de patas cortas que se pasan el día comiendo hierba. Es además el único animal en hacer heces en forma cúbica.

Primera vez que vi un wómbat!

Hobart, la capital de Tasmania

Al día siguiente, ya me tocaba coger el bus a Hobart. Son 2h 30′ las que separan las dos principales ciudades de Tasmania. El bus además me dejó prácticamente al lado de mi hostel, en el centro de la ciudad. Esta vez me alojé 3 noches en The Pickled Frog, un hostel bastante sencillo pero muy bien en cuánto a precio y ubicación.

Hobart, con unos 250.000 habitantes, es la capital y ciudad más poblada del estado de Tasmania. Aún así, el centro no es muy grande y te lo puedes recorrer fácilmente en una mañana. La zona más bonita es la del puerto, con la histórica Salamanca Square. La ciudad de las más antiguas de Australia, después de Sidney, fue fundada en 1804 como colonia penal del Imperio Británico. Este hecho se puede apreciar en la arquitectura, especialmente alrededor de Salamanca Square, dónde por cierto tiene lugar el Salamanca Market. Con un ambiente vibrante, atrae cada sábado del año a más de 30.000 personas, que es el día en el que tiene lugar. 

 

Junto a esto, se encuentra el edificio del Parlamento de Tasmania, y el muelle, así como el ayuntamiento. Todo está bastante cerca, y te recorrerás el centro enseguida. Un poco más alejados se encuentran los jardines botánicos de entrada gratuita, a los que te puedes acercar para relajarte un poco. Otra de las atracciones más famosas es el museo MONA (Museum of Old and New Art), uno de los más visitados de todo el país. Ir hasta allí ya es divertido, hay unos ferries temáticos que parten desde el muelle (Brooke St. Pier) y navegan río arriba hasta la entrada al museo. Es la mejor forma para ir, ya que está bastante alejado del centro de la ciudad. 

Es un museo poco convencional del que no te quiero dar muchos detalles, para que te sorprendas más al visitarlo. Pero sin duda, te diría que si visitas Hobart no deberías perdértelo. La entrada al museo junto con los ferries de ida y vuelta cuesta 67 $AUD (38€), y puedes comprarlos en la web oficial.

Otro de las principales cosas que debes hacer en Hobart, es subir a lo alto del Monte Wellington. A 1270m de altura, las vistas de Hobart y toda la bahía son espectaculares aparte del impresionante paisaje escarpado de la montaña.

Panorámica de Hobart desde Mount Wellington.

Al final del día, porque no probar un ‘Chicken Parmi‘ en uno de los pubs en la zona de Salamanca. Esta es sin lugar a dudas, uno de los platos estrella australianos y de lo más populares en los pubs entre los locales. Simplemente es una pechuga de pollo empanada con queso parmesano gratinado por encima, pero no está nada mal para terminar el día junto con una IPA australiana.

Recompensa para finalizar el día
  • Tour de un día en Russell Falls y Bonorong Wildlife Sanctuary

Desde Hobart hice de nuevo un par de tours organizados de un día. En el primero de ellos fuí a las cataratas Russell por la mañana, en el parque nacional de Mount Field. Aquí hicimos una ruta de senderismo de un par de horas por el parque nacional, haciendo varias paradas en las cataratas. Paisajísticamente se parece a la vegetación de Cradle Mountain, y de Tasmania, en general. Con multitud de helechos de diferentes alturas, secuoyas y otros árboles con siglos de antigüedad.

No me sorprendió tanto, porque ya había hecho varias excursiones a parques naturales con bosques parecidos tanto en Australia como en Nueva Zelanda. Pero, es una zona perfecta si estás en Hobart para hacer algunas rutas de senderismo.

Russell Falls en pleno Mount Field National Park

Por la tarde fuimos al santuario de Bonorong, dónde cuidan de una variedad amplia de especies de animales antes de poder reintroducirlas en libertad. Especialmente sensibles son los demonios de Tasmania, endémicos de la isla de Tasmania y en peligro de extinción. Muchos de ellos mueren atropellados en carreteras y otros tantos mueren por un tumor contagioso, del que se van infectando entre ellos. Aquí en el santuario podrás ver algunos, así como alimentar canguros, wallabís, emus y ver otras tantas especies de aves, anfibios y reptiles.

  • Tour de un día a Bruny Island

Bruny Island es una pequeña isla al sur de Hobart a la que se accede en ferry desde Kettering. Aparte de por sus precioso paisajes y playas, es famosa porque se pueden ver wallabís albinos. De nuevo, al no tener coche hice esta excursión con un grupo organizado. Salimos temprano para aprovechar el día y desayunamos en Kettering esperando a que saliese el ferry. 

Una vez ya en Bruny Island, paramos en una tienda de venta de miel, y otra de quesos. Un poco la turistada clásica, pero luego paramos en ‘The Neck’, el sitio más fotografiado en la isla. Se trata de una manga bastante estrecha, que por así decirlo evita que Bruny Island se divida en dos. Hay un mirador, ‘Truganini Lookout’, que es el punto perfecto para la foto y entender a lo que me refiero con mi descripción anterior. 

El mirador en The Neck, una estrecha franja que conecta Bruny Island

Continuamos hasta Adventure Bay, dónde pudimos ver por fin un par de wallabís albinos. 1 de cada 100.000 wallabís es albino, y por alguna razón en Bruny Island hay una colonia de ellos. Por lo que no es muy raro si te cruzas con uno aquí. La playa por cierto de Adventure Bay, me pareció magnífica.

Las playas de Tasmania :))

Paramos a comer en Alonnah y después bajamos finalmente hasta el faro del Cabo Bruny. No es un faro especialmente bonito, pero creo que se ha convertido en el punto más al sur del planeta en el que he estado. El paisaje, sin embargo, sí lo es. Impresionantes acantilados encarados hacia la Antártida.


Tasmania es un territorio único, con una rica biodiversidad, y una naturaleza virgen, singular e impresionante. Esta isla tan remota, ha evolucionado desde su fundación como colonia penal a un estado con una oferta cultural vibrante y una sociedad orgullosa de ser Tassies. No dudes en pasar unos días en el estado más remoto y salvaje de Australia y dejarte sorprender por la belleza de la isla.

¡Por cierto, si tienes más días no te pierdas Port Arthur, Freycinet National Park, Wineglass Bay y el precioso pueblo de Richmond!

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